Aclarando conceptos
El término azúcar se emplea para denominar numerosas realidades. Muchas veces se emplea pensando tan sólo en el típico azúcar blanco que echamos en nuestro café, y es precisamente su uso indiscriminado el que ocasiona que se le considere un elemento negativo dentro de nuestra dieta. Uno de los usos incorrectos más comunes, es cuando mencionamos aquello de ‘tengo el azúcar alto’ cuando nos estamos refiriendo a los niveles de glucosa en sangre.
Es vital aprender a diferenciar. Dentro de los hidratos de carbono, el azúcar es uno de ellos, la sacarosa, pero se suele extender el concepto a todos los hidratos de carbono simples, dentro de los cuales tenemos la glucosa y la lactosa. Esta extensión se suele producir por el hecho de que precisamente a estos elementos se les suele denominar también azúcares simples por el poder edulcorante que tienen.
Estos hidratos de carbono simples son los que deben tener en cuenta los diabéticos en su dieta, pues son de rápida absorción y favorecen la secreción de la insulina. Los podemos encontrar en productos como la miel, la leche, y el azúcar, pero en distintas proporciones. Su principal efecto es la elevación excesiva de los niveles de glucosa en sangre.
Azúcar y diabetes
El doctor Alba, experto endocrino, nos asegura que, en general, “todas las personas con diabetes, de cualquier tipo, no deben consumir azúcares simples, entre ellos el azúcar, pues contribuyen a elevar los niveles de glucosa en sangre, pero no hay que considerarlos malos ni suprimirlos de la dieta de las personas con una buena salud, pues deben formar parte de una alimentación equilibrada”.
Según el experto, sí que “existen algunas escuelas que permiten el consumo de hidratos de carbono simples, pero por personas con un nivel glucémico muy bajo". Además, el endocrino destaca que "en caso de hipoglucemias que se dan entre las personas que padecen diabetes, es obligado que se consuma azúcar, por lo que tampoco se puede decir que lo deben suprimir totalmente de sus vidas".
Tal y como nos confirman desde IEDAR, el Instituto de Estudios del Azúcar y la Remolacha, “hay que tener claro que consumir productos con azúcar no produce diabetes. No hay ningún estudio científico que lo demuestre”. Lo que propicia la diabetes es, por un lado, la herencia genética o la obesidad. Por lo que, como nos explican, “suprimir el azúcar de la dieta no nos asegura que vayamos a prevenir la enfermedad”.
“Ningún alimento consumido en exceso es beneficioso para el ser humano, y no podía ser menos en el caso del azúcar”, afirman desde el Instituto. Lo lógico, por tanto, es consumirlo en la dosis justa y, claro está, retirarlo casi por completo de la dieta de las personas con diabetes, pero siendo conscientes de que su consumo en personas sanas no nos predispone a desarrollar la enfermedad en el futuro.
Por Patricia Pamos
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