Los ratones expuestos a bajas temperaturas desarrollan más vasos sanguíneos en su tejido adiposo y metabolizan la grasa corporal más rápido, según demuestra un estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) y publicado en el último número de «Cell Metabolism», donde sus autores señalan que con este descubrimiento se abre una nueva vía para conocer el desarrollo de los vasos sanguíneos en humanos para combatir la diabetes y la obesidad.
El crecimiento del tejido adiposo y su metabolismo dependen del oxígeno y de los nutrientes de la sangre. Una forma de regular la antidad de grasa que almacena el cuerpo -para luchar contra la obesidad, por ejemplo- podría ser entonces, intervenir en el desarrollo de los vasos sanguíneos en el tejido adiposo. El equipo de investigadores responsables de este trabajo ha demostrado el rápido desarrollo de los vasos sanguíneos que se produce en el tejido adiposo de los ratones expuestos a bajas temperaturas, un fenómeno al que sigue (en estos animales) la transformación del tejido adiposo de grasa «blanca» a grasa «marrón», con mayor actividad metabólica y que se consume más deprisa. Según el profesor Yihai Cao, director del estudio, «es la primera vez que se demuestra que el crecimiento de los vasos sanguíneos afecta a la actividad metabólica de los tejidos adiposos y viceversa». «Si conseguimos averiguar cómo regular el desarrollo de los vasos sanguíneos en los humanos, habremos abierto nuevas vías terapéuticas para enfermedades relacionadas con la obesidad o con desarreglos del metabolismo, como la diabetes», afirmó. Las denominadas «grasas marrones», las que queman energía y mantienen el calor corporal, se encuentran sobre todo en animales que duermen durante el invierno. En humanos, este tipo de grasa es típica de los recién nacidos. Sin embargo, los científicos creen que controlando el desarrollo de los vasos sanguíneos, sería posible transformar la grasa blanca en marrón también en los adultos.
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