Es común la asociación entre diabetes e impotencia sexual. El mejor ejemplo es que hay diabéticos que no notan los síntomas de hiperglucemia (un gran número) y tienen como motivo el temor de la falla sexual para realizar el tratamiento. Pero, ¿cuál es la magnitud de este problema? A la pregunta responde el especialista en endocrinología del Centro de Atención al Diabético del Hospital Belo Horizonte, Dr. Eduardo Ribeiro Mundim. "La disfunción sexual acompaña al ser humano desde el inicio de la historia, y afecta a hombres y mujeres de cualquier edad, a partir de la adolescencia", dice el especialista. "Su evaluación, sin embargo, es un problema complejo", agrega. Los hombres tienden, aparentemente, a alardear de sus hazañas y sienten temor ante la impotencia. Las mujeres, en cambio, (también por cuestiones culturales que cambian según la región geográfica, el nivel cultural o socioeconómico) tienden a callarse, incluso cuando no llegan al orgasmo."
Eduardo Mundim explica que inicialmente, "... el principal problema presentado por los hombres es la impotencia. Pero, bajo ese término no sólo se encuentra la disfunción eréctil (o sea, la dificultad o la incapacidad permanente de tener una erección): se presentan la eyaculación precoz, la falta de diálogo en la pareja, la ausencia de sintonía sexual". Estos tres últimos problemas no son exclusivos del diabético sino de cualquier hombre. La disfunción eréctil no sólo afecta a los diabéticos; varios problemas de salud pueden presentarla como una complicación: tabaquismo, disfunciones neurológicas, accidentes, insuficiencia renal, entre otros.
Mecanismos
El especialista explica que el mecanismo de la erección está compuesto por dos fases: la eléctrica y la hidráulica. La fase eléctrica corresponde al estímulo del sistema nervioso periférico, tanto a través del tacto como por el cerebro. Como consecuencia, se inicia la fase hidráulica, la retención de sangre dentro del pene, que es el mecanismo de la erección. La disfunción eréctil puede ser causada por daños tanto en una fase como en la otra. En el diabético, la neuropatía periférica y la aterosclerosis de los vasos del pene son una consecuencia habitual de la hiperglucemia persistente. La neuropatía puede destruir el mecanismo eléctrico y la aterosclerosis el hidráulico.
Frecuentemente se presenta una disfunción eréctil transitoria cuando la persona descubre que es diabética. Ésta, habitualmente, está relacionada con la hiperglucemia de ese momento en particular o, incluso, con el sentimiento de impotencia ante la vida, desencadenado por la noticia de la enfermedad crónica, revirtiéndose con la normalización. Sin embargo, ... "un mal control de la glucemia, con las alteraciones metabólicas persistentes que conlleva, produce daños duraderos a lo largo de los años", ratifica el médico.
Si no es posible evitar algunos de esos daños, sea por el diagnóstico tardío de diabetes o por la dificultad de obtener un nivel normal de glucosa, resta recurrir a ciertas medicaciones o al uso de prótesis. La indicación de uno u otro tratamiento debe ser analizada caso por caso.
Los tratamientos actualmente disponibles no resuelven todos los problemas orgánicos. Tampoco aquellos correspondiente a las relaciones humanas; y no hay duda de que el cerebro es el órgano sexual más importante. "La prevención de los problemas orgánicos y aquellos resultantes de las relaciones humanas es la mejor táctica. Es efectiva en gran porcentaje de casos y consiste en mantener la glucosa dentro de los valores normales y alejar otros factores de riesgo, como el tabaco y ciertos tipos de medicamentos”, finaliza el especialista.
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