Un equipo de investigadores de la Northwestern University (Estados Unidos) ha desvelado que la insulina podría ralentizar o prevenir el daño y la pérdida de memoria característicos de la enfermedad de Alzheimer (EA).
M. R. 09/02/2009
Este hallazo, que aporta nuevas evidencias de que la EA podría deberse a una tercera y totalmente nueva forma de diabetes, ha sido publicado en la versión on line de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).Los investigadores usaron neuronas tomadas del hipocampo (uno de los centros más importantes de memoria del organismo), las expusieron a oligómeros solubles tóxicos de la proteína beta amiloide (ADDL, según sus siglas en inglés) y las trataron con insulina y con el antidiabético rosiglitazona (un sensitizador de la insulina), que se usa para tratar la diabetes tipo II. Descubrieron que con la administración de la insulina se bloqueaba el daño neuronal, impidiendo que los ADDL, que impiden el desarrollo de la capacidad de la memoria, se uniera a las células. Asimismo, observaron que la protección que se conseguía con bajos niveles de insulina se incrementaba con el uso de rosiglitazona.
El mecanismo protector de la insulina trabaja a través de una serie de pasos que van reduciendo el número de ligandos de las células a los ADDL.
Sólo el principio
"Los fármacos diseñados para elevar la sensibilidad a la insulina en el cerebro podrían proveer de nuevas vías para tratar el Alzheimer", afirma William L. Klein, autor principal del estudio. "La sensibilidad a la insulina se reduce con la edad, y es un factor de riesgo de EA. Nuestros hallazgos demuestran que reforzando esa sensibilidad podemos proteger a las neuronas del daño", concluye.
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