La diabetes es un trastorno caracterizado por la excesiva excreción de orina. El exceso puede deberse a una deficiencia de la hormona antidiurética o puede estar condicionada por la hiperglucemia propia de la diabetes mellitus. Existen distintos tipos de diabetes: juvenil, latente, insípida, mellitus y es el médico el que tiene que fijar el diagnóstico y dictaminar el tratamiento y régimen alimenticio para lograr que el enfermo, aunque sea un niño, pueda llevar una vida normal sin peligros.
Hay que tener cuidado y evitar tanto la hiperglucemia como la hipoglucemia.
Para el primer caso, la falta de secreción adecuada de insulina condicionada por la glucemia, hace necesario evitar los azúcares de absorción rápida, sustituyéndolos por alimentos que contengan azúcares complejos y bastante fibra, lo que retarda la absorción de los glúcidos que se hallan en la dieta. El grano integral, las frutas, legumbres y verduras frescas o poco cocidas están indicadas para cumplir este objetivo
Para el segundo es importante respetar la puntualidad en el horario de las comidas y distribuir estas en seis tomas, tres principales y tres ligeras; si a pesar de ello surgiera un cuadro de hipoglucemia, es necesario corregirlo haciendo que el diabético ingiera una cantidad adecuada de hidratos de carbono, sin llegar a una hiperglucemia excesiva. Es muy útil en estos casos la utilización de leche entera. Es un buen método para combatir los episodios hipoglucémicos.
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